CUBAS Y FUDRES
NADALIÉ


Bienvenido a otra dimensión, una dimensión en la que Nadalié cultiva la excelencia:
el diseño de recipientes de gran capacidad.
Un producto de envergadura que requiere un trabajo a la altura y unos conocimientos muy específicos.
el diseño de recipientes de gran capacidad.
Un producto de envergadura que requiere un trabajo a la altura y unos conocimientos muy específicos.


El cuerpo del roble
Para sus productos de gran tamaño, la Tonelería Nadalié elige robles de 150 a 200 años procedentesexclusivamente de los macizos forestales franceses.


Criterios de selección
Altura: seis metros o más para crear recipientes de gran capacidad.Veta: la veta tiene que ser recta, no enroscada, para garantizar la estanquidad.
Rectitud: cuanto más recto sea el árbol, más largos pueden ser los tablones obtenidos.


Controlar
Nadalié posee sus propios aserraderos, instalados directamente en las zonas de tala.En estos aserraderos, la madera se corta en tablones de diferentes grosores (54 mm, 65 mm o más) y de diferentes longitudes, según el perfil del árbol.


Esperar
Los tablones obtenidos se dejan secar al aire libre durante tres veranos como mínimo, lo cual permite eliminar los taninos más verdes y garantizar la estabilidad de los productos fabricados.

Dominar
Los recipientes de gran capacidad reciben las máximas atenciones, porque están pensados para durar. Por ejemplo, el tonelero quita la albura, donde pueden proliferar insectos, así como el núcleo y los costeros, que no son apropiados para elaborar un producto de calidad perfecta. Esa es la idea. Después del juntado o canteado de las duelas, se controlan los extremos para detectar cualquier desviación en la conicidad del producto final.
Nuestros toneleros vigilan muy de cerca el tostado apoyándose en su valiosa experiencia. Ellos se encargan de administrar la leña, el fuego y el agua de manera delicada y armoniosa durante toda la jornada. Un tostado ideal confiere a la madera su forma definitiva y da al vino una paleta de aromas generosa y compleja. Los aros se colocan de forma artesanal mediante un chazo y un martillo de 5 kg. Esto permite cerrar el casco en toda su altura y garantizar la estanquidad. Los productos así elaborados se pueden personalizar, incluido el acabado (bruñido, aceite de linaza, barnices microporosos, pintura…).